Historial del servidor NTP adquiriendo precisión
publicado por Stuart on 12th enero, 2009
Cuando echamos un vistazo a nuestros relojes o al reloj de la oficina, solemos dar por hecho que el tiempo que nos dedicamos es el correcto. Podemos observar si nuestros relojes son diez minutos rápidos o lentos, pero presten poca atención si están un segundo o dos fuera.
Sin embargo, durante miles de años, la humanidad ha caminado para llegar cada vez más relojes precisos los beneficios de los cuales son abundantes hoy en nuestra era de navegación por satélite, NTP servidores, Internet y comunicaciones globales.
Para comprender cómo se puede medir el tiempo exacto, primero es importante comprender el concepto de tiempo en sí mismo. El tiempo como se ha medido en la Tierra durante milenios es un concepto diferente del tiempo mismo que, como nos informó Einstein, era parte de la estructura del universo en lo que describió como un espacio-tiempo tetradimensional.
Sin embargo, históricamente hemos medido el tiempo basado no en el paso del tiempo sino en la rotación de nuestro planeta en relación con el Sol y la Luna. Un día se divide en 24 partes iguales (horas), cada una de las cuales se divide en 60 minutos y el minuto se divide en 60 segundos.
Sin embargo, ahora se ha comprendido que medir el tiempo de esta manera no puede considerarse exacto ya que la rotación de la Tierra varía día a día. Todo tipo de variables como fuerzas de marea, huracanes, vientos solares e incluso la cantidad de nieve en los polos afecta la velocidad de rotación de la Tierra. De hecho, cuando los dinosaurios comenzaron a vagar por la Tierra, la duración de un día tal como la medimos ahora solo habría sido de 22 horas.
Ahora basamos nuestra cronometría en la transición de átomos usando relojes atómicos con un segundo basado en períodos 9,192,631,770 de la radiación emitida por la transición hiperfina de un átomo de cesio sin unión en el estado fundamental. Si bien esto puede sonar complicado, en realidad es solo un "tic" atómico que nunca se altera y, por lo tanto, puede proporcionar una referencia muy precisa para basar nuestro tiempo en.
Los relojes atómicos usan esta resonancia atómica y pueden mantener un tiempo tan preciso que un segundo no se pierde ni siquiera en mil millones de años. Todas las tecnologías modernas aprovechan esta precisión que permite muchas de las comunicaciones y el comercio mundial que nos beneficiamos hoy con la utilización de la navegación por satélite, NTP servidores y el control del tráfico aéreo cambiando la forma en que vivimos nuestras vidas.